
No expuesta
Cabeza de cabra
Vallauris, 9 de marzo de 1953
Empreinte originale en arcilla blanca cocida, moldeada y pintada con engobes
40 x 40 cm
Museo Picasso Málaga. Donación de Christine Ruiz-Picasso MPM1.73
En 1953, Picasso atravesaba una etapa de madurez creativa en la que alternaba la pintura con la escultura y la cerámica, explorando materiales insólitos y lenguajes cada vez más libres. Tras los años convulsos de la guerra y ya consagrado como figura central en el arte moderno, se dedicaba a experimentar con lo cotidiano, desafiando las jerarquías entre lo artístico y lo utilitario. En este contexto, realiza Cabeza de cabra, una pieza que refleja tanto su fascinación por lo animal como su deseo de por la experimentación plástica. La cabra es un animal que aparece de forma recurrente en el arte de Picasso, asociada al entorno mediterráneo y relacionada con su propia vida. Tenía una cabra llamada Esmeralda como mascota, que murió en su jardín en 1950 y a la que quizá le rinde homenaje en esta pieza.
«Esta vez se hizo amigo del ceramista Georges Ramié y de su esposa cuya empresa ‘Madoura’ desafiaba la decadencia general. Durante su primera visita, Picasso tomó un poco de arcilla y se entretuvo modelando algunas figuritas. Cuando regresó un año después, se sintió muy feliz al ver que habían cocido y conservado cuidadosamente su trabajo. A partir de ese momento, Picasso se interesó en serio por la cerámica».
PENROSE, Roland. Picasso, su vida y su obra, Barcelona, Argos Vergara, 1981, p. 318.
