Pablo Picasso Copa de absenta, 1914. Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso, Madrid. Préstamo temporal en el Museo Picasso Málaga © FABA Foto: Hugard & Vanoverschelde Photography

HISTORIA DE UNA COPA DE ABSENTA

21/07/2022

La pequeña escultura cubista Copa de absenta (1914) representa el típico vaso cónico, la cucharilla y el azucarillo característicos de una bebida muy popular en los ambientes bohemios parisinos. En colaboración con su marchante Daniel-Henry Kahnweiler, Picasso realizó seis versiones de esta escultura, cada una decorada de manera diferente de manera que se convirtieron en objetos únicos. Este es el ejemplar que Picasso se quedó para él y que fotografió Brassaï en una ocasión que visitó el domicilio del artista.

En la primavera del año 1914, Pablo Picasso realizó una serie de seis bronces fundidos que representaban una copa de absenta. Hechos a partir de una maqueta de cera, cada bronce estaba decorado de diferente manera. Estas seis esculturas son seguramente el ejemplo más interesante de escultura policromada cubista de Picasso. En las pinturas cubistas, Picasso a menudo usaba diferentes colores para crear variaciones de la misma composición subyacente. Sin embargo, esta es la primera vez que crea variaciones de una escultura. Cada uno de los seis ejemplares es un trabajo único, con diferentes áreas resaltadas por color, patrón y textura.

La absenta, o Fée verte (hada verde), era una de las bebidas preferidas en el París bohemio. Aromatizada con ajenjo y otras hierbas, se creía que causaba alucinaciones, trastornos mentales e incluso la muerte entre quienes la bebían con asiduidad. Artistas como Édouard Manet, Edgar Degas, Henri de Toulouse-Lautrec y el propio Picasso representaron con frecuencia bebedores anestesiados por sus efectos. El peligro de la absenta solo la hizo más atractiva. Hubo un acalorado debate público sobre su toxicidad y, un año después de que Picasso realizara estas seis pequeñas esculturas, fue prohibida por el gobierno, tanto en Francia como en sus colonias. (La ciencia moderna sugiere que el único elemento peligroso de la absenta es su alto contenido de alcohol). Beber absenta requería un ritual elaborado. Se servía una pequeña cantidad de este amargo licor en una copa cónica alta. El bebedor colocaba una cuchara plana y delicadamente perforada en el borde del vaso, con un terrón de azúcar posado sobre la cuchara, y luego vertía agua a través del azucarillo en la absenta, diluyéndola y endulzándola. Como por arte de magia, la absenta pasaba de ser transparente a un siniestro verde lechoso. Una pintura de 1887 de Vincent Van Gogh muestra un vaso verde brillante de absenta junto a una jarra de agua con gas. A partir de 1910, el vidrio fue uno de los temas favoritos y más frecuentes de los experimentos pictóricos de los cubistas.

Daniel-Henry Kahnweiler, el marchante cubista de Picasso y el primer intérprete importante de su obra, escribió que la gran revolución del cubismo de 1910 fue la ruptura de la forma cerrada. Un vaso transparente, abierto y cerrado a la vez, era un tema ideal para el cubismo. Las guitarras de cartón y metal de Picasso de 1912 y 1914 mostraron cómo la idea de una forma abierta podía aplicarse a un objeto opaco. En la primavera de 1914, Picasso también realizó una serie de relieves pintados utilizando láminas dobladas de hojalata para representar la concavidad de las copas de vino. La Copa de absenta de bronce es radicalmente diferente de estas obras contemporáneas. El metal pesado y noble reafirma la idea de solidez escultórica. Es impactante, por lo tanto, la manera en la que Picasso separa el cáliz para desvelar un disco de metal que representa la superficie del líquido que contiene. Como escribió el poeta Guillaume Apollinaire en 1912, "Picasso estudia un objeto de la misma manera que un cirujano disecciona un cadáver". Gruesos rebordes horizontales materializan la retícula cubista de sus dibujos y pinturas.

Sin embargo, la mayor novedad de esta escultura radica en la intersección de un objeto artístico y un objeto real: la famosa cuchara perforada, que Picasso compró para agregar a cada una de sus seis esculturas. “A mí me interesaba la relación entre la cucharilla real y el vaso modelado. Concretamente, como reaccionaba cada uno de ellos frente al otro” dijo en cierta ocasión. Un terrón de azúcar de bronce descansa sobre la cuchara real, esperando que un bebedor agregue agua de una jarra. Picasso había introducido el collage en un bodegón pintado de la primavera de 1912. Ahora, dos años después, extendió el collage a tres dimensiones. Con diferentes materiales y en tres planos, el artista reunió la representación en bronce del vaso y el líquido, la realidad de una cuchara de metal plateado, y la imitación, también en bronce, de un terrón de azúcar, pudiendo considerarse uno de los más tempranos usos del object trouvé en la escultura moderna.

El marchante de Picasso, Kahnweiler, hizo que Florentin Godard fundiera la Copa de absenta en una edición de cinco ejemplares destinados a la venta, cada uno con el sello del marchante, D.K. El sexto, expuesto en el Museo Picasso Málaga, es una prueba de artista sin número ni sello, conservada por el propio Picasso. Pintado con pintura al óleo roja en la parte inferior y blanco en la parte superior, también se diferencia de sus hermanos por las dos curvas en ángulo recto en el mango de la cuchara. El mango de la cuchara se muestra, no obstante, derecho en las fotos tomadas por Brassaï en 1943 en el apartamento de Picasso en la Rue des Grands Augustins. El fotógrafo húngaro, en una conversación con el artista años después, recuerda la impresión que le causó: “Descubro ahora el vaso de absenta, obra harto atrevida en su época. ¡Era la primera vez que un objeto tan simple se convertía en una escultura!”

Daniel-Henry Kahnweiler, el marchante de arte que fomentó el movimiento cubista, era ciudadano alemán. Debido al estallido de la Segunda Guerra Mundial, se exilió en Suiza en 1914. Las obras de arte depositadas en su galería, incluidas las cinco versiones editadas de la Copa de Absenta, fueron confiscado por el Estado francés y, tras la guerra, los trabajos de Picasso, Braque, Léger, Derain, Vlaminck y otros artistas fueron vendidos por sumas irrisorias en una subasta en Maison Drouot. En la actualidad, tres de estas copas se encuentran en Estados Unidos, en The Museum of Modern Art y en el Metropolitan Museum of Art, ambos en Nueva York, así como en el Philadelphia Museum of Art. Otras dos en Europa, en el Centro Pompidou de Parísy en el Berggruen Museum de Berlín. La única Copa de Absenta que conservó el propio Picasso pertenece a la Fundación Almine y Bernard Picasso (FABA). Habiendo sido exhibida en importantes exposiciones internacionales, puede contemplarse en el Museo Picasso Málaga en el contexto de la colección permanente “Diálogos con Picasso. Colección 2020-2023”.

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