17/01/202309/04/2023

Picasso visto por Otero

Picasso junto a la cámara utilizada para reproducir sus obras en el catálogo razonado editado por Christian Zervos. Mougins, Notre-Dame-de-Vie, [1968-1969]

Las imágenes que se muestran en esta exposición nos revelan la vida cotidiana de Pablo Picasso, ya sea trabajando en su última exposición de cerámicas en Vallauris, seleccionando los fondos para la retrospectiva Homenaje a Picasso o recibiendo amigos y profesionales en compañía de su mujer, Jacqueline Roque. Ilustran también la buscada soledad del artista en su proceso creativo y las obras con las que convivía diariamente. Para José Lebrero, director artístico del Museo Picasso Málaga, esta selección se brinda “como un pequeño relato, casi una narración literaria abierta, que opera a modo de tarjeta de visita del mundo personal de Pablo Picasso”.

El periodista y fotógrafo argentino Roberto Otero fue uno de los pocos reporteros a los que el pintor malagueño abrió las puertas de su casa en el sur de Francia, permitiendo que registrara para la posteridad, no solo el ambiente en su entorno de trabajo en los años sesenta del pasado siglo, sino multitud de escenas de su vida cotidiana: su familia, sus amigos o sus costumbres. Lo cierto es que si bien fueron numerosos los fotógrafos que se acercaron a Picasso por su importancia artística y también por su carisma personal y atractivo mediático, Otero forma parte del reducido número de amigos personales de Picasso que lo acompañaron durante un tiempo con la cámara fotográfica en bandolera. La sección dedicada a la relación de complicidad que tuvo el pintor con el poeta y escritor gaditano Rafael Alberti es una muestra expresiva de ello. Con Alberti, otro desplazado de España por razones políticas, Picasso compartió largas veladas y numerosos encuentros que se combinaron con diversas colaboraciones en volúmenes de poesía ilustrados por ambos.

Picasso visto por Otero presenta además parte de una selección del material de archivo del Fondo Roberto Otero,custodiado en el museo: se trata de cuadernos manuscritos por el fotógrafo que recogen fragmentos de conversaciones que mantuvo con Pablo Picasso (1961-1970). En el prólogo de su libro de fotografías y textos Recuerdos de Picasso, Otero afirma que “solamente existen dos libros de conversaciones con Picasso, entre centenares de títulos, y ambos son de dos fotógrafos, Brassaï y Otero, los únicos dos amigos que parecen haber tenido la idea de anotar sistemáticamente sus charlas con el pintor”. En la exposición se puede ver asimismo la maqueta de su libro Lejos de España que fue publicado por la editorial Dopesa en 1975, tras ser editado el año anterior por Harry N. Abrams en Nueva York, así como otras fotografías de Roberto Otero mostradas en la galería Gmurzynska en Art Basel en 1997.

Roberto Otero

Nacido en Argentina en 1931 y fallecido en Palma de Mallorca en 2004, la relación de Roberto Otero con Picasso llega de la mano del crítico de arte Ricardo Baeza y del escritor José Bergamín, así como de su matrimonio con la hija de Rafael Alberti, Aitana. Durante diez años, fundamentalmente entre 1961 y 1970, Roberto Otero (fotógrafo, periodista, escritor y documentalista cinematográfico) toma cientos de imágenes de Picasso, dando lugar con ello a un ingente fondo fotográfico que fue adquirido por el Museo Picasso Málaga en 2005. Las más de 1500 imágenes que conforman este archivo, entre negativos, diapositivas, copias en papel e internegativos, constituyen un importante testimonio documental centrado en el último periodo de vida del artista y en el momento en que traslada su residencia habitual a Notre-Dame-de-Vie, en la localidad de Mougins, en el sur de Francia.

Son varias las circunstancias que dotan de excepcionalidad el trabajo fotográfico de Otero. La primera de ellas, sin lugar a dudas, es la extensión y amplitud del propio fondo. La segunda es el periodo en el que se centra, que es precisamente una etapa en la que disminuyen considerablemente los testimonios fotográficos en relación con las décadas precedentes, de manera que el suyo se convierte inevitablemente en el registro documental más importante de los últimos años de la vida del artista. La tercera es el acceso casi familiar que tiene Otero al entorno de Picasso, circunstancia que termina por influir decisivamente en la naturaleza y desarrollo de sus imágenes. La última es la propia calidad de Otero como fotógrafo, una condición que le sitúa lejos del estatuto «artístico» y reconocido de los autores que le precedieron en la tarea de registrar fotográficamente la vida y la obra de Picasso. Sin embargo, es precisamente esta última circunstancia y la familiaridad de su acceso al entorno del artista, las que dotan de singularidad y, en el fondo, a naturalizar el archivo Otero. Es a partir de ahí, cómo se construye la constancia, la cercanía y la obsesiva repetición que caracteriza este conjunto de imágenes.   Roberto Otero no tomó fotografías carismáticas o altamente icónicas de Picasso. No es tampoco un fotógrafo con un estilo o un programa estético definido. La posición y ritmo de Otero residen en la proximidad cómplice, la continuidad y la repetición de la toma. Su ritmo es un tiempo lento, diario, cotidiano e íntimo. Si del conjunto de sus imágenes puede decirse que se acerca en cierta medida al álbum familiar, es precisamente por esa constante de uniforme repetición de instantes y emociones, de lugares y situaciones. Del mismo modo, también apunta hacia el álbum familiar la aparición de algunas «transgresiones» como el grano de las imágenes, los encuadres forzados o las tomas inadvertidas. El hecho de que Otero no sea un fotógrafo excelente y seguro, que resuelve con unos cuantos disparos, provoca que fotografíe una y otra vez para asegurar la toma. Este hecho da a su trabajo un matiz generoso y muy específico en cuanto a su naturaleza. Las imágenes se acumulan así sobre una misma situación, y es esa repetición la que permite desplazamientos o montajes de secuencias tanto reales como imaginarias, la que introduce en su trabajo (aunque sin premeditación alguna) una constante de narratividad, secuencialidad y, en cierto sentido, tensión dramática.

Fuente: MARTÍN Alberto. Álbum Picasso. En: Picasso visto por Otero. Málaga: Museo Picasso Málaga; Madrid: La Fábrica, 2012, pp. 13-17.

La exposición

Pablo y Jacqueline Picasso junto al arquitecto estadounidense William Hartmann revisando la documentación de su proyecto escultórico para el Chicago Civic Center, inaugurado en 1967, Mougins, Notre-Dame-de-Vie, agosto de 1966

Rafael Alberti y Pablo Picasso hojeando un libro. Mougins, Notre-Dame-de-Vie, 1968

Pablo Picasso junto a un tapiz basado en su famosa pintura “Las señoritas de Aviñón” realizado por René y Jacqueline Dürrbach en 1958, Cannes, La Californie, 4 de octubre de 1966

Picasso decorando una cerámica en el taller de alfarería Madoura Vallauris, 11 de agosto de 1966