02/10/200628/02/2007

Picasso. Musas y modelos

A lo largo de su vida, Pablo Picasso realizó un gran número de obras en las que la mujer fue protagonista. En ellas, el artista supo plasmarlas delicadamente sensuales o profundamente carnales, temperamentales o serenas. Estas mujeres no se limitaron a posar, sino que, a través de la mirada del maestro, adoptaron un papel activo en su creación, convirtiéndose así en musas, en fuentes de inspiración del hombre que las pintó y las amó.

iPicasso. Musas y modelos reunió un total de 46 pinturas, 14 dibujos y 6 esculturas que reflexionaban sobre la poderosa presencia de la mujer en la plástica picassiana. Retratos y desnudos fueron los principales motivos presentes en las obras expuestas, realizadas entre principios del siglo XX, siendo su musa Fernande Olivier, y los últimos años de su vida, que pasaría junto a Jacqueline Roque.

En la exposición había una importante representación de obras de este último periodo, puesto que las piezas, procedentes de diferentes colecciones públicas y privadas, formaron parte originalmente de la colección que en su día perteneció a Jacqueline. Se trata de un grupo de obras muy personales, conservadas voluntariamente por el maestro en su entorno y cuya naturaleza doméstica acentúa la sensación de estar asomados a un espacio cercano a lo íntimo y privado de la vida de Pablo Picasso.

De Fernande Olivier a Jacqueline Roque

La exposición reveló al espectador el universo artístico y privado de Picasso. En éste, su compañera a principios de siglo, Fernande Olivier, es representada en bronce con una dureza de rasgos que dista del aspecto juvenil de la modelo. Tras Fernande, será Eva Gouel la mujer que inspiró un arte inmerso en la etapa cubista y que está representada en la exposición en Mujer sentada en un sillón (1913), obra sobre la que el artista comentaría a Guillaume Apollinaire: “se ve que es una mujer de verdad. Hasta lo que se oculta está ahí”.

Durante casi una década, la bailarina rusa Olga Kokhlova, madre de su hijo Paul, protagonizará la obra picassiana. Olga se muestra bajo apariencias heterogéneas también en nuestra colección permanente, desde la dama burguesa hasta la madre primigenia y monumental. Sin embargo, será la nueva amante de Picasso, Marie-Thérèse Walter, quien probablemente aparezca representada bajo las formas más versátiles: desde la proximidad de una joven callada y de mirada soñadora, hasta la inaccesible sensualidad de una criatura casi mitológica.

Todo lo contrario sucede con Dora Maar, una de las fotógrafas surrealistas más destacadas de su tiempo y amante del pintor en los años treinta. Será ella la que lo fotografíe mientras pinta el Guernica (1937) y será su rostro angustiado el que reproduzca en los bocetos previos a la realización de este gran cuadro, uno de los cuales puede verse en la exposición, Mujer que llora (1937).

Las obras inspiradas por su última compañera, Jacqueline Roque, eran las más numerosas en la exposición y las más variadas en lo que respecta a temas y estilos. En ocasiones delicadamente realista y, en otras, esquematizada hasta el extremo, la imagen que Picasso nos muestra de su segunda esposa está llena de matices. Las diferentes apariencias bajo las que la representó revela una intención cercana a lo lúdico, al gusto del artista por lo teatral: de negro riguroso, con una postura infantil de piernas cruzadas sobre una mecedora, vestida a la turca o a la española, desnuda, jugando con su perro o, simplemente, posando sentada, como si se tratara de una diosa de cuello interminable.

La pintura predominaba en el conjunto de obras reunidas en Picasso. Musas y modelos, en el que también había dibujos realizados con diferentes materiales –carboncillo, tinta o lápiz Conté— collages y esculturas en bronce o chapa.

Catálogo y producción

Con motivo de la exposición el Museo Picasso Málaga publicó un catálogo bilingüe con ensayos de Estrella de Diego, profesora de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid, y Robert S. Lubar, profesor de Historia del Arte en el Instituto de Bellas Artes de la Universidad de Nueva York. En él estaban reproducidas a color y debidamente documentadas todas las piezas que reúne la exposición.

Picasso. Musas y modelos estuvo organizada por Bernardo Laniado-Romero, director del Museo Picasso Málaga, y fue coproducida con la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), adscrita al Ministerio de Cultura. Las obras que reunió la exposición procedían de diversas colecciones públicas y privadas de Suiza, Estados Unidos y Francia. Entre estas últimas se encuentra el Musée Picasso, París, y el Musée d’art moderne et contemporain de Estrasburgo.

La exposición

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