Fandango Cubista. Niño de Elche en concierto

Asumido todo lo que, desde lo más elemental a lo verdaderamente esencial, nos ha regalado la práctica del flamenco, Niño de Elche se autoproclama exflamenco. Es una manera de expresar su empeño en reconocer las diferentes zonas cero que el arte y sus etiquetas dejan atrás, una inagotable búsqueda que es personal y también colectiva. Más un campo de sentido que una disciplina concreta, su concepción del género significa una reivindicación en positivo y no un ajuste de cuentas con su tradición y su pasado. Ahí está, sin ir más lejos, el Fandango Cubista de Pepe Marchena que, incluido en su Antología del cante flamenco heterodoxo (2018), da título a este espectáculo: una gran fiesta de las perspectivas donde confluyen diferentes orígenes culturales y estéticas artísticas. Una celebración que, con motivo del vigésimo aniversario del Museo Picasso de Málaga, aúna dos conceptos —flamenco y cubismo— con el júbilo como nexo y que, definitivamente, obliga a esperar lo inesperado.

Niño de Elche (1985) es un artista indisciplinar y exflamenco que ha sabido aunar en sus diferentes propuestas artísticas géneros como el flamenco, la libre improvisación, el krautrock o las músicas electrónicas, electroacústicas o contemporáneas junto con la poesía, la performance, la danza o el teatro. Entre su decena de trabajos discográficos destacan su último álbum, Flamenco. Mausoleo de Celebración, Amor y Muerte (2022), Sí, a Miguel Hernández (2013), Voces del Extremo (2015), Antología del Cante Flamenco Heterodoxo (2018), Colombiana (2019), Fuerza nueva (2019), junto a la banda granadina Los Planetas, o La distancia entre el barro y la electrónica. Siete diferencias valderomarianas (2020). Cuenta con dos poemarios, No comparto los postres (2016) y Morbo legítimo (2019), publicados por Bandaàparte Ediciones.